Hoy he decidido traerte un beso, en forma de texto, que te roce los labios y te golpee fuerte el pecho, que te haga abrir los ojos, que te haga sonreír rodeada de personas que no conoces y que te mueras de vergüenza al darte cuenta de que todos miran, todos se preguntan el motivo de esa sonrisa.
Desde que has entrado en mi vida, la has puesto patas arriba. Ya no sé encontrar nada, ya no sé dónde guardaba la mitad de mis sentimientos ni dónde demonios he perdido la mitad de las cicatrices que me había dejado el camino.
Así eres tú, y por eso te quiero. Sí, te quiero. Es algo que he ido aceptando con el paso del tiempo. Tú, con tu sonrisa y tu amor, has ido derribando muros y llegado a mi coraza, la misma que creía me protegía de todo, y que ha resultado juego de niños para ti mientras la hacías a un lado sonriente y besabas después cada parte de mi ser con una de esas miradas que a veces me dedicas, que a veces derriten mis nervios y aceleran el pulso bajo mi piel.
Por todo esto, hoy he decidido tomar las riendas (no, no te rías, que lo digo en serio). Hoy voy a ser yo quién se vuelva impredecible, quien te sorprenda. Hoy seré yo quien te robe sonrisas, quien te haga besar cuando suspires y abrazar cuando me sientas cerca, tan fuerte que por un segundo te preguntes cuándo nos volvimos uno.
Estoy loco por ti, es así, es un hecho. Y si de hechos vamos a hablar ahora, ahí va otro: te quiero. Solo espero ser capaz de demostrarlo, ser capaz de querer de la forma en que tú te mereces. Ojalá lo consiga.
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