Nuestra canción la componen los besos que nos damos, las miradas que lanzamos y los abrazos fuertes que surgen de la nada. Nuestra canción está hecha con pedazos de “te quiero” y otros tantos de “te amo”, con percusiones de “me encantas” y una sección entera de viento formada por los suspiros que escapan de tus labios cada vez que un beso acaba.
Nuestra melodía no acaba a los 3, 4 o 5 minutos. No. En realidad, es más banda sonora que canción. Nos acompaña cuando estamos juntos y suena fuerte cuando te tengo lejos, de forma que el corazón nunca deje de sentir, que vibre fuerte con los bajos de un amor que crece más cada día.
Adoro tocar con la yema de los dedos tu piel, escuchar el suave sonido musical que de mi roce se desprende cuando tú, con la piel erizada y los ojos cerrados, dejas que tu cuerpo cante, vocalista solitario en mitad de un escenario conmigo de público, completamente entregado y con los ojos fijos en esos labios que dan forma al más perfecto de los instrumentos. Y es que, cuando besas, no hay mejor nota en la escala ni sonido más puro, no hay nada que te eclipse porque, cuando nuestros labios juntan, de ti nace la sinfonía más perfecta que mis sentidos escucharan jamás.
Nuestra canción eres tú. Tú eres la música que pone ritmo a mi vida, suave balada cuando besas, delicioso vals cuando abrazas. Eres rock, eres jazz. Eres toda la música que mis oídos quieren escuchar.
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