No digo que tomar decisiones sea algo fácil, sino algo necesario para seguir creciendo. Tal y como yo lo veo, tenemos siempre dos opciones cuando una decisión se nos pone delante: seguir igual o cambiar algo. Sea lo que sea. Cambiar significa esfuerzo, puede que incluso sin saber de antemano a dónde nos llevará el nuevo camino.
La vida está hecha de cambio. Para vivir de verdad, no basta con conformarse. Hace falta tener hambre para seguir creciendo, para avanzar y dejar atrás todo aquello que nos pueda hacer caer en la falsa sensación de comodidad que nos da el no tener que esforzarnos más.
Por eso, necesitamos aprender a vivir sin mirar tanto atrás.
Fija la vista al frente y toma todas las decisiones que hagan falta para seguir avanzando y ser feliz. Es tu felicidad la que está en juego. Cambia de carrera o de trabajo si es lo que quieres. Cambia de ciudad, de vida. Lánzate a vivir todo lo que te está esperando y disfruta de la vida de una vez por todas.
No seas idiota. No hay nada malo en el cambio. Es la vida avanzando y tú con ella. Disfrútala, que es un regalo.
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