El amor es un sentimiento que todos sentimos en algún momento de nuestra vida, y hay diferentes formas de amar, ya que todos lo sentimos de manera diferente y lo expresamos de manera diferente. También hay diferentes tipos de amor, está el amor por tu pareja, por tus hermanos, por tus hijos, por tus padres, por tus amigos, por lo que haces… y cada uno de estos amores también puede ser un amor ciego.
No es completamente malo que el amor sea ciego. El amor a menudo se basa en la idealización. En las primeras fases del enamoramiento, pones a tu pareja en un pedestal e imaginas que es la persona más perfecta del mundo —al menos para ti—. Amamos a nuestras parejas a pesar de sus imperfecciones porque creemos que sus buenas cualidades superan con creces a sus peores defectos, y tal vez con el tiempo y un poco de trabajo esto sea posible.
Amor vs idealización
No siempre podemos ver a la persona con la que estamos por lo que realmente es. Ese amor ciego a veces proviene de la idealización, en otras palabras, crees que la persona que amas es perfecta e incluso podrías olvidar su “lado humano”. Exageras todas sus buenas cualidades y dejas de valorar las tuyas, para poder decir que son perfectas, y terminas sintiéndote bien porque estás con una persona increíble y maravillosa, sin errores ni defectos.
Freud dijo que la idealización implica sobreestimar a alguien, ya sea consciente o inconscientemente, y que es un mecanismo de defensa, es decir, es algo que usas para tranquilizarte sobre algo que te molesta. Por eso haces que la otra persona sea tan valiosa: es para ayudarte con tus propios sentimientos negativos.
Amar más que ser amado
¿Te suena familiar la frase “eres más importante para mí que yo para ti”? Quiere decir que pones a la otra persona primero, incluso antes que a ti mismo, lo que lleva a alguna de las siguientes consecuencias:
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Olvidas quién eres
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Dejas que la otra persona te pase por encima
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Pierdes tu autoestima
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No sabes cómo sobrevivir si la otra persona no está cerca
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Dependes de la otra persona
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Vives la vida de la otra persona, dejando de lado tu vida
En pocas palabras, no sabes cómo decir que no a las cosas imposibles que la otra persona te pide que hagas. Puede suceder debido a lo importante que es la otra persona para ti, olvidando que en esa relación también tú eres importante.
Amar sin quedar ciego
El amor incondicional no necesariamente debe ser ciego, así que mira algunas ideas en las que puedes trabajar para amar sin tener la venda en los ojos:
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Mejora tu relación contigo mismo : dedícate tiempo de calidad, recuerda que tú también importas, eres único y tienes personas que te aman.
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Pon límites.
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Reconoce que la otra persona no es perfecta.
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Deja de hacer más de lo que puedes.
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Retoma tu vida, tus sueños y tus metas.
Amar no te ciega, pero a veces es posible que nos dejemos cegar por nuestros sentimientos o nuestras carencias, es decir, nosotros solitos nos ponemos la venda en los ojos. Somos nosotros los que ignoramos los defectos y enaltecemos las virtudes y dejamos de lado cómo es realmente la relación para ellos y para nosotros. Eso también significa que somos nosotros los que podemos cambiar las cosas. Entonces, si quieres saber si estás ciegamente enamorado, conéctate contigo mismo, y recuerda hablarte con honestidad, porque la respuesta está dentro de ti.
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