Hay muchos factores que intervienen en la construcción de una relación saludable y exitosa, como la honestidad, la fidelidad y el compromiso, pero hay un uno en específicoque podemos no llegar a reconocer: nuestra relación con nosotros mismos.
Nos han dicho que la manera en que pensamos, sentimos y hablamos con nosotros mismos es punto y aparte de las relaciones que mantenemos con las personas que nos rodean, pero la realidad es que ambas conexiones están vinculadas. Y puede ser que tomarte un tiempo para ti mismo lejos de tu pareja, amigos o familia, pueda parecer una forma de aislarte o desvincularte de ellos; sin embargo, es importante notar que nutrir nuestra relación con nosotros mismos puede marcar una diferencia en la manera en que nos relacionas con los demás.
Aprende a amarte a ti mismo en tu relación
Es común que pensemos que antes de entrar en una relación amorosa debes amarte a ti mismo, pero ¿y si ya estás con alguien? ¿Tienes que separarte para hacer el trabajo contigo mismo antes de volver a encontrar el amor? ¿Tienes que cumplir con algún requisito de amor propio antes de calificar para una relación?
No nos malinterpretes, por supuesto que es de ayuda entrar a una relación con un fuerte sentimiento de amor propio. Pero si estás en un vínculo en el que falta el amor propio y el espacio entre ustedes es necesitado, irritante y dañino, las cosas pueden cambiar. Aprender a amarse a uno mismo es un proceso continuo. No es un interruptor que simplemente puedas encender, incluso las parejas que tienen una buena cantidad de amor propio podrían tener más.
Beneficios de una buena dosis de amor propio en una relación
Míralo de esta manera: si la relación contigo mismo es sana y fuerte, es muuuy probable que tu relación con tu pareja sea también sana y fuerte. ¿Por qué? Pues bien, el amor propio hace posible el auténtico amor al otro. Simplemente hay algo que no se “siente” bien, como una falta de sinceridad, cuando una persona ama a los demás, pero mantiene un sentido de sí mismo denigrante y de bajo valor.
También pasa que el amor propio te permite amar a los demás sin sospechas ni hacer suposiciones, ya que, si no lo tienes, te será muy difícil creer que alguien más puede amarte, dudarás tanto del amor profesado como del expresado, creyendo que tu pareja tiene segundas intenciones o miente para hacerte sentir bien, o crees que seguramente es cuestión de tiempo antes de que alguien así encuentre a alguien mejor que tú y te deje.
¿Qué puedes hacer para desarrollar amor propio estando en una relación?
1. Sé consciente de ti mismo, escucha tus necesidades y tus sentimientos.
2. Piensa antes de actuar, cuida tus impulsos.
3. Cuida tu cuerpo, desde hacer ejercicio, tomar agua y comer saludable, hasta descansar cuando lo necesitas.
4. Establece límites.
5. Permanece atento a las actitudes tóxicas, tanto las tuyas como las de tu pareja.
6. Aprende a perdonarte.
7. Ten metas y propósitos propios.
8. Evita lo más posible las comparaciones.
Y en general, sé siempre consciente de que tú estás primero, no porque seas superior, sino porque debes ser tu prioridad y debes conservar siempre tu bienestar. Si tú no reconoces las virtudes que tienes y estableces límites ante los demás, es muy probable que nadie más vaya a hacerlo por ti en una relación romántica.
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