Que hablen, déjalos que hablen. Total, ninguno sabe la verdad, ninguno la quiere saber. Prefieren inventar y decir que escuchar y conocer. Si hemos llegado a donde estamos, no ha sido por ellos, sino por nosotros. Única y exclusivamente por nosotros.
Ninguno conoce nuestra historia, ninguno pregunta. Se limitan a hablar de lo que no saben y viven su vida a través de la nuestra. Bueno, pues déjalos que hablen, nosotros conocemos la verdad.
No les des el poder que reclaman, la atención que necesitan para seguir hablando sin sentir que están malgastando su vida con tanto atender a la nuestra. No, no les dejes que interrumpan, no les prestes atención.
Vivamos como lo hemos hecho siempre, mirando sólo hacia el futuro y obviando tanta tontería que se reparte a nuestro alrededor. Mientras seamos felices juntos, deja que hable el mundo, que diga lo que quiera al tiempo que nosotros sonreímos de cara a la galería y seguimos viviendo nuestra propia vida de la forma en que nos venga en gana.
Somos libres para vivir como queramos, disfrutemos del camino y que sean otros los que pierdan vida en preocuparse por lo que hagamos.
Qué más da lo que digan, qué importa lo que piensen si nosotros somos felices. Que hablen, que digan, que piensen, mientras nosotros vivimos y disfrutamos de una vida que se ha vuelto maravillosa desde que la camino a tu lado.
Leave a Reply