Cuando sientas que la vida no es tan maravillosa como te la habían pintado, cuando creas que ya no puedes más, que estás agotada y que el tiempo parece ir cada día más despacio; cuando sientas que el mañana no te llama y que prefieres quedarte estancada en el ayer, en un pasado que ya no es ni será de nuevo, sonríe.
Sonríe porque la vida no es tan mala como tú te crees, ni el mañana tan lejano, ni el futuro tan oscuro. Sonríe porque tienes una de las sonrisas más bonitas que he visto en toda mi vida, sonríe porque el mundo la necesita. Sí, sonríe para los demás, que te hará bien a ti. Sonríe para todos, sonríe para mí.
Me he dado cuenta que desde que esa sonrisa entró en mi mundo, dicho mundo comenzó a girar en torno a ti. Por eso, sonríe, por favor, no nos prives a los demás de algo tan bonito, no te prives a ti misma tampoco.
Los problemas son menos grandes, las preocupaciones menos importantes, cuando las afrontas con una sonrisa en la cara y alegría en el corazón.
Sonríe por ti, o hazlo por mí o por tu amiga, sonríe por quién te de la gana, pero sonríe. Puede que sea lo último que te apetezca, lo sé, pero… ¿qué sería de este mundo sin tu sonrisa?
Sonríe, por favor, y deja que los problemas resbalen. Sonríele a lo que venga sin miedo, con la esperanza de que, por una vez, haga permanente tu sonrisa. No lo sabes, pero con ella nacen mis días y con ella mueren. Sé verano, no invierno. Dame días eternos de felicidad plena, dame calor, dame fuego.
Sonríe, por favor, que sin esa sonrisa muero.
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