Tengo ganas de mí

Hace tiempo que tengo la sensación de que me estoy alejando poco a poco de mí mismo. Me siento perdido, conmigo pero sin mí, no sé si me explico. La vida sigue y yo con ella avanzo, pero he cambiado tanto que apenas me reconozco.

Odio esa sensación.

He dejado que la vida me cambie. He bailado al ritmo equivocado de otros mundos en lugar de afianzar bien fuerte los cimientos del mío propio. He volado bajo, a ras del suelo. He limitado mi propia fuerza por miedo a destacar, por miedo a lo que otros pudieran pensar.

Me he conformado.

Y por eso ahora digo basta. Porque no puedo seguir perdiendo el tiempo en querer ser como los demás. Quiero ser yo mismo, le pese a quien le pese.

Tengo ganas de mí, de no tener que dar más explicaciones, de no esperar por nadie. Ganas de batir fuerte las alas y volar alto, más allá de las nubes grises que, hasta hoy, me nublaron la vida.

Nunca más.

He decidido ser libre. Volaré tan alto como mis propias fuerzas me lo permitan y seré todo lo que quiera ser. Porque sí. Porque nadie debería nunca dejar de ser quien es para encajar, para que los demás no le juzguen.

Qué triste la vida si debemos limitarnos. Qué triste sería vivir conformándose.

Así que no lo hagas y simplemente, vive como a ti te dé la gana.

 


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