Hoy vengo a hablar contigo, conmigo. Hace tiempo que quería hacerlo y nunca encontraba el momento. O sí, tal vez simplemente te estaba evitando por miedo a profundizar demasiado en algo que no quiero.
Pero ya está. No voy a seguir alejándome de ti sin antes tratar de arreglarlo.
Nos estamos perdiendo. Cada día estamos más lejos de la persona que fuimos y sé que sigo ahí, en algún sitio. Sé que me escondo, que me limito y no soy nunca yo mismo. Ya ni siquiera cuando estoy solo me dejo ir. Tengo miedo de que si me acostumbro, un día te escapes y sea yo mismo delante de alguien.
Qué horror.Y qué mal al mismo tiempo. Qué mal tener que limitarme la vida por miedo al qué dirán. Qué mal incluso temerme yo mismo.
Por eso quería sentarme un rato y hablar conmigo mismo. Tratar de hacer las cosas bien por una vez. Siento que, si me sigo alejando de ti, dejaremos de ser quién éramos y ya nunca podré volver.
Y me he hartado. Estoy cansado de tener que luchar contra mí para tener contentos a otros. Ya no quiero seguir haciendo como si nada cuando ser yo mismo no es nada malo. Ojalá pudiera simplemente ser yo y que a nadie le importara. ¿No tienen bastante con sus vidas que tienen que decidir sobre la mía?
Estamos locos. Todos locos.
Queremos amar a los demás sin amarnos antes a nosotros mismos. Menudo error. Así nos va.
Por eso hoy digo basta. Por eso estoy aquí contigo. Quiero dejar de ser dos y volver a ser uno. Solo espero que no sea tarde para juntarnos de nuevo. Es increíble. ¡Siento miedo de ser yo! Hay que ver a lo que hemos llegado…
Me gustaría pedirte perdón. Tú no tienes la culpa. Lo sé desde siempre y aún así lo he pagado todo contigo. Te he guardado en un rincón y te he vuelto la espalda. Me llamabas y yo hacía oídos sordos.
Y aquí estoy ahora.
Me he dado cuenta de que la vida son dos días y no quiero perder ni un segundo más siendo alguien que no soy. Quiero volver a ser yo mismo y te pido ayuda ahora que al fin me he dado cuenta. Sé que me vas a perdonar, no te queda otra, pero me gustaría que me enseñaras otra vez cómo lo hacíamos. Cómo nos levantábamos cada mañana sin tener que juzgar el reflejo en el espejo, cómo salíamos a la calle sin preguntarnos si alguien nos estará mirando, si alguien se estará riendo de lo que somos. Antes era todo mucho más sencillo y a eso quiero volver.
Ojalá no me hubiera ido. Ahora lo sé.
No pienso volver a limitarme por nada. No pienso alejarme nunca más de ti. Seré yo mismo por el resto de mis días y, simplemente, viviré. Porque sí, porque me merezco no tener miedo de nadie y mucho menos de mí. Al que no le guste como soy, puerta. Y si no le gusto a nadie, mejor solo, contigo, que con toda esa panda de hipócritas que prefieren a alguien falso que a alguien de verdad.
Que se queden todos en su falsedad. Yo me he hartado ya. Seré libre una vez más. Me lo debo a mí mismo. Dejaré de ser aquello que no soy y viviré con la tranquilidad de saber que, por una vez, seré yo el único en juzgarme a mí mismo.
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