Feliz Navidad a ti, que has estado siempre ahí. Sin importar lo malo y disfrutando de lo bueno. Haciendo de mi vida algo mejor por el mero hecho de formar parte de ella.
Feliz Navidad a todos los que nunca fallan, a los que son capaces de poner el hombro cuando necesito un lugar donde apoyarme y de reír hasta llorar, disfrutando de los momentos felices que hubo este año.
Miro atrás, a todo lo que hemos pasado, y no me arrepiento de nada. A pesar de las decisiones duras, a pesar de las discusiones o cabreos. A pesar de todo, gracias.
Gracias por estar ahí un año más. Por saber ser ese alguien en quien se puede confiar y, sobretodo, por soportar mis malos ratos y mil manías. Que son muchas, lo sé, pero que al fin y al cabo forman parte de la persona que soy y es bonito saber que hay alguien que te acepta tal y como eres.
Ojalá el año que empieza sea mejor incluso que el que dejamos atrás. Porque lo tengo claro: por muy cuesta arriba que se nos ponga el camino, mientras te tenga en mi vida, seré capaz de seguir avanzando con la tranquilidad de saber que, después de todo, hay alguien que estará siempre ahí para hacer más llevadera la subida.
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