Más allá de cualquier caída

Aprendí que la vida es mucho más que esperar sentado. Que a veces, las cosas más bonitas nos pasan cuando menos lo esperamos. Que soñar está bien y nadie podrá nunca controlar tus sueños, pero que para vivirlos hace falta esforzarse cada día.

Las metas que nos marcamos definen el camino que seguimos. Cada decisión que tomamos nos acerca o aleja un poco más de conseguir nuestros objetivos.

Por eso, es importante no perder nunca la esperanza. No hay imposibles si de verdad le pones ganas. Cuando creas que no lo vas a conseguir nunca, frena. Tómate un respiro y mira hacia atrás, hacia todo lo que ya has conseguido.

A veces es importante tener perspectiva. Ser consciente de que por muy negras que se te pongan las cosas, siempre puedes encontrar la luz que te devuelva la calma. Como lo has hecho siempre.

Hay sueños grandes y pequeños. Sueños fáciles y otros muy complicados. Pero todos se cumplen tarde o temprano si no abandonas en mitad del camino. Confía en mí. No importa lo lejos que hayas llegado si abandonas antes de cruzar la meta.

A veces, a todos nos cuesta.

Pero somos gigantes cuando de superar obstáculos se trata. Está en nuestra sangre levantarnos siempre después de cada caída. Por mucho que pienses que no puedes, por mucho que duela. Al final, levantarse siempre es la respuesta.

 

 


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