Tocar fondo para coger impulso

Cuando sientas que ya no puedes más, que has tocado fondo y no hay luz alguna que aleje las tinieblas. Cuando incluso respirar te cueste de tanto que te pesen en el pecho las malas decisiones, los dolores que nos causan otros o incluso tus propios errores.

Cuando pienses que nada puede ir a peor, frena.

Quizá la vida te está diciendo que necesitas cambiar algo. Puede que de carrera o de trabajo, de amistades o de amores. Puede que ni siquiera lo sepas y necesites encontrar el fallo, el punto débil que te hace estar abajo. Somos humanos y tenemos límites. No de futuro ni de posibilidades, esos límites no existen si de verdad luchas por lo que quieres.

No. Me refiero a todo eso que nos hace estar mal. Hay un punto en que nuestra cabeza dice “basta”, en que nuestro cuerpo llora cada herida como si no hubiera mañana y se quiebra la fortaleza que antes nos mantenía en pie.

Llegados a este punto, hay que pisar el freno y dejar de avanzar. No se puede seguir construyendo encima de unos cimientos que jamás aguantarán el peso de tu vida. Así que calma. Mira a tu alrededor y encuentra qué es lo que falla. Aunque creas que nada va bien, nunca es así. Siempre hay luz en las sombras, siempre hay un sol esperando para alejar la noche.

Afianza bien los pies en ese fondo en que ahora te encuentras y prepárate a tomar todas las decisiones que hagan falta para salir del pozo y volver, al fin, a ser feliz. Por muy duras que sean, no hay fallo en el error, sino que fallas cuando tratas de conseguir resultados diferentes haciendo siempre lo mismo.


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