Hace tiempo que me cuesta imaginar la vida sin ti. Miro al futuro y ahí estás tú, sonriendo con el mar en los ojos y la brisa de tu risa acariciando mi piel desnuda de miedos. Es la primera vez que me pasa esto de amar sin miedo a perder, pues siento que ya he ganado solo con haberte vivido, que todo el tiempo que te quedes aquí conmigo será un regalo por el que estar agradecido. No sé a dónde nos llevará la vida, ni cuantas veces más podremos levantarnos. Solo sé que no me importa, que lo seguiré intentando todo para hacerte feliz hoy, mañana y siempre. Si es que “siempre” nos regala su tiempo en esta vida para seguir compartiendo camino.
No quiero perderte.
Me gusta verme reflejado en tu sonrisa, motivo de tu felicidad. Cada vez que te ríes, gano. Pues el amor es eso, hacer sonreír a tu pareja incluso cuando menos ganas tenga de hacerlo. Más aún en esos momentos. Todos tenemos derecho a estar mal, pero una sonrisa a tiempo es el primer paso para estar bien de nuevo. No quiero perderte. Eres todo lo que un día me atreví a soñar e, incluso, un poco más. Y es normal que a veces choquemos. Nadie es perfecto y yo mucho menos. Pero lo intento. Intento hacerte feliz para que nunca sientas que te falta nada. Es imposible no discutir de vez en cuando, pero que la suma de todos los hechos le gane siempre la batalla a esos momentos. Ahí está la clave de una buena relación: en sumar siempre pequeñas victorias que pesen más que cualquier caída. Porque vamos a caer, nadie se libra. Pero todo es más sencillo cuando al otro lado de tu amor tienes a alguien dispuesto a todo por ti. Y, créeme, que no hay nada que no daría por nosotros.
Leave a Reply