La vida en general no siempre es amable, suceden cosas malas que traen sufrimiento y traumas y estas cosas necesitan curación. Puede sonar un poco cursi decir que el amor cura todas las heridas o hablar de aprovechar el poder curativo del amor, pero hay verdad en estas declaraciones. El amor real nos hace sentir aceptados, seguros, valorados y valiosos. Toca nuestros corazones, nos inspira a ser la mejor versión de nosotros mismos y nos inunda con hormonas curativas que nos hacen sentir bien.
Amar y ser amado es el núcleo de nuestro ser. Cuando no nos sentimos amados, nos sentimos menos de lo que realmente somos. En cambio, cuando pasamos por abuso o trauma, afecta la forma en que percibimos nuestro valor y daña nuestro núcleo.
La forma en que el amor cura no es mágica, instantánea o superficial; cura de adentro hacia afuera. Todo en nuestras vidas fluye desde nuestro interior: los pensamientos, sentimientos, intenciones, propósitos. El sufrimiento y el trauma viven dentro de nosotros gritando en silencio hasta que sean sanados.
El poder curativo del amor
Sea verdad o no que el amor cura todas las heridas, lo cierto es que el poder curativo del amor actúa como un bálsamo para lo que nos acongoja, y nos da la fuerza y el coraje para enfrentar lo que está por venir. Todos los tipos de amor genuino son curativos y nos ayudan a ser lo mejor de nosotros mismos, estas son partes de quiénes somos y cómo interactuamos con los demás y nuestro mundo, y nos ayudan a vivir vidas más largas y felices y a conectarnos con los demás.
Tener afecto hacia los demás y saber que se preocupan por nosotros es conmovedor, el amor nos hace sentir seguros y parte de algo. Cuando las heridas emocionales son curadas por el amor a través del poder del perdón, la restauración o las palabras y acciones afectuosas, pueden ocurrir milagros dentro de nosotros mismos y dentro de nuestras relaciones.
¿Qué pasa con nosotros cuando tenemos amor?
Ser amado genera en nosotros una respuesta totalmente opuesta a sentir estrés, en su lugar, sentimos empatía, mostramos amabilidad y somos compasivos. Cuando alguien está herido, instintivamente ofrecemos caricias tiernas, abrazos y cuidados especiales, lo mismo cuando nos encontramos siendo receptores de esas muestras de cariño, ya que absorbemos esos toques de bondad. El amor incondicional crea relajación y espacio para la curación y envía a tus células el mensaje de reparar, rejuvenecer y crear. Tu ADN se relaja y puede replicarse de forma curada. La energía de aceptación, cariño y paz es expansiva.
Cuando nos abrazamos, abrazamos y disfrutamos de tiempo de calidad con amigos, familiares y mascotas, nuestro cerebro libera oxitocina, también llamada la hormona del amor. Esta hormona nos une con los demás, nos protege de los efectos del estrés y cura nuestro corazón.
El amor cura, no solo tu cuerpo, sino también tu mente y tus relaciones. Es la fuerza que cura a los demás y a nuestro mundo. Todos somos uno.
Leave a Reply