A nuestro alrededor con frecuencia escuchamos las palabras “amor verdadero” y “alma gemela”, ya sea en películas, series o música, o incluso en lo que leemos nos encontramos con esta creencia común de que sólo puedes ser verdaderamente feliz si encuentras a la persona adecuada para completarte, que el amor es una droga poderosa de la que no puedes escapar. Pero, ¿es realmente el amor una relación intensa que lo consume todo o es algo más? ¿Llegamos a depender de amar a otro o del amor que otra persona nos da? Es posible que hayas escuchado la palabra dependencia, pero no sepas lo que significa, entonces, ¿cómo puedes saber si tu relación es saludable o si tienes lo que se puede llamar adicción al amor?
¿Qué es la dependencia?
Es probable que hayas escuchado la palabra “dependencia” cuando se habla de alguien que tiene alguna adicción. Pero la explicación más sencilla en este contexto es que es la búsqueda del amor basada en sentimientos de inseguridad o insuficiencia. Una persona dependiente mira a su pareja para reparar su autoestima, aliviar su dolor y completar un vacío.
Lo que acaba pasando es que la pareja no puede ser una persona auténtica por sentirse obligado a cumplir un rol que la persona dependiente ha elegido para ellos, es decir, brindar amor incondicional y seguridad, sin embargo, nunca hay suficiente amor. La persona dependiente sigue trabajando para tratar de complacer a su pareja y así asegurarse de que obtenga el amor que anhela. Se convierte en un hábito que se perpetúa a sí mismo con pensamientos obsesivos y conductas compulsivas.
¿Cómo puedes saber la diferencia entre el amor sano y la dependencia?
La mayoría de las personas experimentan una oleada de emociones cuando se enamoran por primera vez de alguien. Sin embargo, en las relaciones saludables, esta euforia inicial se convierte en un contenido más tranquilo, mientras que una relación dependiente está “basada” en sentimientos de inseguridad y baja autoestima. Por eso muchas veces una persona dependiente pierde el sentido de sí misma y se enfoca completamente en las necesidades de su pareja.
Aunque podrías pensar que una cierta cantidad de dependencia es saludable, después de todo ¿no se trata de estar enamorado de poner primero a tu pareja? ¿Y el punto de estar en una relación no es saber que tienes a alguien a tu lado? ¿Y qué tiene si ya no eres completamente independiente? La destructividad de la adicción al amor comienza cuando hay elementos de falta de autoestima y miedo al rechazo. En una relación sana, hay seguridad en uno mismo y confianza, te deleitas con el amor de tu pareja, pero no hay necesidad de sentirse aceptado o amado todo el tiempo.
Es fundamental tener en cuenta que las relaciones no son blancas o negras. Las personas en relaciones dependientes tienen algunos beneficios, pero estos suelen ser de corta duración y superados por sentimientos de inseguridad. Y hay que entender que la dependencia no es amor, es una adicción que llega a destruir relaciones y también a la persona que lo siente, no es un sentimiento saludable ya que te lleva a ser irracional y, en el peor de los casos, a hacer cosas que regularmente no harías, ya sea por el miedo a estar solo o perder a tu pareja. Si crees que estás en una relación así, no sientas pena de pedir ayuda, recuerda que es más importante tu bienestar físico, mental y emocional que estar en una relación que hace daño.
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