¿Crees que nuestra personalidad se ve afectada por nuestra familia? La mayoría diría que sí, y sólo algunas personas que no. Pero sí, la personalidad se ve afectada por la familia; los padres contribuyen de una manera considerable en nuestra formación.
Desde el momento en que nacemos, nuestra familia es la primera fuente de amor, apoyo y guía que experimentamos. Tanto la madre como el padre juegan un papel diferente pero sumamente importante en la construcción de la personalidad de un niño, y a medida que crecemos y nos desarrollamos, nuestra familia continúa formando y moldeando nuestra personalidad a través de los valores, creencias y comportamientos que nos enseñan.
El papel de la familia en el desarrollo de la personalidad
La psicología dice que hay muchos factores externos a nosotros que influyen en nuestra manera de ser, y uno de los factores significativos es la familia. Conforme pasa el tiempo, se va desarrollando nuestra personalidad de manera natural, y el cómo nos relacionarnos con nuestros papás —ya sean buena onda o que apenas tengamos contacto con ellos—repercute en nosotros.
Por supuesto que la dinámica de la familia en el que nacemos nos afectará mental y físicamente. Las personalidades de los niños de diferentes familias difieren en el comportamiento, la forma de pensar, el enfoque de la vida, etcétera. Por ejemplo, puede ser que, si nuestra familia consiste en un padre soltero que cría a uno o varios hijos por su cuenta, el hijo reciba el amor de uno de los padres y anhele el amor del que no está presente, y por la falta de atención, la personalidad del niño se vea afectada.
¿En qué aspectos la familia afecta la personalidad?
1. Valores y creencias: Con ellos son los primeros con los que aprendemos, dan forma a nuestra visión del mundo e influyen en nuestras decisiones y acciones.
2. Autoestima: El refuerzo positivo, el estímulo y el apoyo de nuestra familia pueden ayudarnos a desarrollar un fuerte sentido de amor propio y confianza en nosotros mismos, o incluso destruirlo si no contamos con su apoyo.
3. Comunicación: La forma en que nuestra familia se comunica con nosotros y la dinámica para dar a conocer las cosas dentro de nuestra familia moldea nuestro estilo y habilidades para expresarnos con los demás y dar a conocer nuestras necesidades.
4. Emociones: La manera en la que la familia responde y maneja las emociones es como nosotros aprendemos a regular las nuestras y enfrentamos las situaciones que se presentan.
5. Resolución de conflictos: Nuestra familia también puede enseñarnos cómo abordar y resolver problemas, lo que puede beneficiar o perjudicar el cómo nos enfrentamos a las cosas que se presentan día a día.
6. Habilidades sociales: Al ser el primer grupo social con el que interactuamos, esta convivencia moldea nuestra capacidad de establecer relaciones con otras personas y formar vínculos de amistas, románticos o hasta laborales.
7. Identidad: Los valores, creencias y tradiciones que se nos transmiten en la familia pueden moldear nuestro sentido de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Es importante recordar que la forma en que nuestra familia afecta nuestra personalidad no es sencilla y tiene distintas facetas. La familia no es el único factor que moldea nuestra personalidad, pero es importante. Nuestras experiencias, el entorno y las elecciones personales también juegan un papel importante. Sin embargo, al ser conscientes de las formas en que nuestra familia puede afectar nuestra personalidad, podemos entendernos mejor a nosotros mismos y hacer cambios positivos en nuestras vidas.
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