Un día, si quieres, me cuentas qué he hecho para enamorarte. No entiendo cómo una persona tan maravillosa como tú, se ha podido enamorar de mí, con todo lo malo que tengo, con lo poco bueno que alcanzo a ver.
Sin embargo, aquí estás, compartiendo vida conmigo y yo no puedo sino preguntarme qué habré hecho bien para conseguir que ese corazón tuyo maltrecho se haya atrevido siquiera a latir una vez por mí.
Supongo, que no me lo dirás, nunca lo haces. Pero…ojalá algún día se te escape ese secreto. Así, me aseguraré de que, sea lo que sea, seguir haciéndolo de forma tal que nunca, nunca, te desenamores de mí.
Mientras tanto, seguiré haciendo un poco de todo, por mucho que unas cosas te encanten y otras te cabreen. Así, con un poco de todo, me aseguraré de seguir siendo ese chico que recogió los pedazos de corazón roto y, mejor o peor, los ha ido uniendo.
Sí, lo sé, con las piezas perdidas que has dejado atrás no puedo hacer nada, pero, por si no te habías dado cuenta, he hecho los remiendos con el mío propio, cubriendo los huecos con tanto amor como mis propias fuerzas me permiten.
Es tuyo, mi corazón, digo. Por eso lo quiero ahí, con el tuyo, ahora, siempre.
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