El amor es mucho más que decir lo mucho que quieres a la otra persona. Hay que demostrarlo cada día y hacer que esa persona se sienta querida. No basta con amar, querer o simplemente sentir algo. Si no lo demuestras, si no eres capaz de dejar las palabras atrás y demostrar con hechos todo eso que dices sentir, de nada sirve. Nadie se merece un amor que no empuje, que no te haga sentir la fuerza de sus sentimientos en cada uno de sus actos.
Basta ya de tanto hablar y empecemos todos a querernos un poco mejor. Que las palabras se queden siempre cortas cuando se enfrenten a todo lo que hayas demostrado. Sé humilde cuando hables. No dejes que se te llene la boca de palabras vacías que luego nunca pesan y se las lleva el viento. Así es como se juega con las personas. Creen que estás ahí y luego, cuando tratan de apoyarse en ti y en todo eso que decías sentir, caen de golpe en la realidad. Y entonces, dueles.
Así que si tú, que aún no has llegado a mi vida, estás leyendo esto… te pido que me quieras bien, con hechos antes que palabras. Quizá así, si un día duele, haya merecido igualmente la pena. Ya estoy cansado de amores que, cuando llega la realidad, ni son amores ni son nada. Solo un espejismo de lo que yo creía era real. Y no quiero volver a pasar por todo eso. No quiero volver a derramar ni una sola lágrima por alguien que no la merezca. Así que no me hagas perder el tiempo.
Entra en mi vida si quieres. No voy a cerrarle la puerta a nadie por mucho que me hayan dolido antes. Pero ten claro dónde pisas. No tropieces con ninguna cicatriz, mucho menos con una herida. Ayúdame a ser más feliz aún si cabe y demuéstrame, siempre, que todo eso que sientes es real. Ya habrá tiempo para hablar, para decir, para gritar. Por el momento, me sobra con sentir dentro que me quieres de verdad. Y para eso, tengo que ser capaz de ver ese amor en cada uno de tus hechos.
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